Opinión
Alquimedes Romero
Siempre
se
ha
defendido
la
existencia
de
un
Dios
supremo.
La
actividad
espiritual,
es
una
necesidad
humana
que
ha
tratado
de
ser
satisfecha
con
la
aparición
de
nuevas
doctrinas
de
fe.
Las
primeras
manifestaciones
religiosas,
según
historiadores
y
antropólogos
datan
durante
el
Paleolítico
y
Neolítico
con
las
formaciones
rocosas
de
trilitos,
dólmenes
y
menhires
quienes
gozaban
de
una
práctica
libre.
Otras civilizaciones
antiguas
como
Egipto,
Mezopotámia,
Roma,
Grecia,
Fenicia,
Palestina
también
desarrollaron
practicas
religiosas,
es
de
allí
de
donde
deviene
la
astrología
y
el
horóscopo,
ademas,
con
el
nacimiento
de
Jesús
de
Nazareno
surge
el
cristianismo
siendo
hoy
en
día
una
religión
universal.
Sin
embargo,
hasta
el
siglo
pasado
la
religión
no
tenía
ningún
enemigo
tan
fuerte
como
ahora
lo
constituye
la
corriente
filosófica
del
Positivismo.
Esta
corriente
tiene
sus
bases
en
la
experimentación,
por
tanto,
el
método
científico
representa
la
columna
vertebral
de
esta
doctrina.
Todo aquello que no pueda ser demostrado
mediante
la
observación,
el
análisis
y
el
experimento,
no
es
digno
de
ser
concebible
como
real
o
cierto,
y
es
esto
precisamente
lo
que
ocurre
con
la
religión.
A través de la Ciencia no se puede comprobar la existencia de seres intangibles, sin materia alguna.
Es
por
ello,
que
todo
positivista
niega la
posible
existencia
de
una
fuerza
espiritual
superior,
también,
la teoría
teológica
de
que
todos
provenimos
de
Adán
y
Eva
ha
sido
desplazada
por
la
teoría
de
la
evolución.
Muy
aceptada
dentro
de
las
casas
de
estudios.
¿Descendemos
del
mono?
Según
el
contexto
de
la
teoría
evolutiva
el
hombre
evoluciona
del
mono
e
incluso
estudios
genéticos
han
demostrado
una
cierta
similitud
en
los
componentes
sanguíneos
y
moleculares
del
hombre
y
del
mono.
Pero
¿qué
tan
cierto
puede
ser?,
¿por
qué
no
continúa
el
proceso
de
evolución?,
o
es
esta
otra
teoría
más
de
las
tantas
que
existen.
Queda a criterio de cada quien recibir o contrastarla, pero considero que a la teoría evolutiva le faltan bases, argumentos más sólidos y menos suposiciones experimentales, sería bien interesante que los procesos de generación de vida a través de otra vida existente se siguieran dando seria una prueba fidedigna de lo que los positivistas postulan y más que eso sería una teoría irreversible.
Mas,
a
pesar
de
las
fuertes
arremetidas
positivistas
las
religiones
siguen
subsistiendo
y
cada
día
suelen
salir
nuevas
enseñanzas,
las
universidades
y
distintas
instituciones
de
formación
académica
han
sido
inundadas
por
esta
corriente
lo
que
representa
una
amenaza
para
la
fe,
pues
si
bien
es
cierto,
muchas
costumbres
generacionales
han
perdido
valor
y
las
que
se
conservan
se
vislumbran
en
los
pueblos
menos
instruidos
académicamente.
Pero
hasta
los
momentos
dos
enemigas
han
convivido
juntas
y
se
mantienen
batallando
por
seguir
floreciendo.
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